Artículo Blair Singer



Llega un momento en nuestras vidas en el que nos preguntamos:

“¿Cómo llego al siguiente nivel?”

Tal vez esto no les suceda a todos, pero es algo que les sucede a aquellas personas que tienen el deseo de crecer, de volverse ricos o de crear algo grande para ellos mismos o para los demás.
Yo me he hecho esta pregunta muchas veces a lo largo de los años y recientemente he recibido decenas de correos haciéndome la misma pregunta. Esto es lo que puedo decir al respecto.
¿Alguna vez has sentido que has llegado a una zona de estabilidad? o ¿has experimentado un crecimiento repentino ya sea como vendedor o como empresario y de repente te has topado con una barrera al parecer infranqueable?
Ya sabes a lo que me refiero, es como si te golpearas la cabeza contra el techo. Cuando esto sucede por lo general te acompaña una sensación de frustración o enojo al no poder romper la barrera que te impide llegar al siguiente nivel. Puede tratarse de ventas, ingresos, crecimiento o capacidad. 
La condición la puedo describir mejor como una increíble sensación de felicidad y éxito al inicio, seguida por una serie de problemas o distracciones, desaceleración y donde finalmente se llega a un nivel de operaciones más bajo con el cual ya estás familiarizado, o incluso puedes llegar a caer a un nivel más bajo de lo normal, lo cual te hace reaccionar volviendo a hacer un gran esfuerzo compensatorio y simplemente el ciclo se vuelve a repetir. 
Si tienes un negocio propio, eres auto empleado, te dedicas a las ventas o simplemente te encuentras en el camino hacia la libertad financiera, sabes exactamente de lo que estoy hablando. Mucha gente me pregunta, “¿esto se debe a que tengo miedo de tener éxito?” Puede ser, ¡pero lo dudo!, ¿realmente le tienes miedo a la riqueza? No lo creo. 
Si actualmente eres feliz donde te encuentras y no aspiras a alcanzar un nivel más alto de éxito, logros, ingresos o riquezas, entonces cabe la posibilidad de que no hayas experimentado la situación a la que me refiero. Pero si te identificas de algún modo, aquí hay un par de consejos: 
Una de las cosas más poderosas que he hecho a lo largo de mi vida para impulsarme a alcanzar un nivel más alto de operaciones, es encontrar a un entrenador que tenga la capacidad de aislar mis fortalezas y ayudarme a dar el siguiente paso. Es alguien que sabe como exponerte al fuego y mantenerte responsable de alcanzar tus sueños y tus metas. No se trata necesariamente de un amigo que te “entiende”. Es alguien que puede patearte el trasero para que no te salgas del camino y es alguien que incluso te pedirá más de ti mismo de lo que tú serías capaz. 
Lo segundo es que debo encontrar un mentor de quien pueda aprender un patrón exitoso y que posteriormente yo pueda reproducir. No hay que tratar de reinventar “la rueda” cuando se trata de alcanzar el éxito. Un mentor no necesariamente es alguien con quien debas hablar. Puede ser alguien a quien nunca hayas conocido pero has podido observar a distancia. ¿Quién lo podría hacer mejor en tu situación? ¿Qué es lo que estás tratando de lograr realmente? 
Lo tercero, es importante saber que todos tenemos fortalezas. Sin embargo, una persona puede no tener todas las capacidades necesarias. Puedes necesitar un socio. Alguien que comparta tu visión, tus metas y tu plan de negocios, pero que ponga sobre la mesa talentos y habilidades que tú no posees. Por ejemplo, puedes ser un gran vendedor o promotor pero puedes no ser un buen planeador estratégico o administrador. Sin ambos, puedes llegar a cierto nivel de competencia y posteriormente estrellarte contra la pared. 
Lo más importante para llegar al siguiente nivel es que tienes que hacer un análisis profundo de tu propia persona. ¿Dónde has llegado a dudar de ti mismo?, ¿cuáles son tus patrones de conducta que no te permiten dar el siguiente paso?, ¿cuáles son los elementos que se presentan cuando esto sucede?, y por otro lado, ¿cuáles son las áreas donde puedes aplicar tus fortalezas?, ¿cuáles son las cosas en las que te deberías concentrar, y cuales son las cosas que deberías dejar atrás?

Un buen entrenador puede ayudarte a descubrir todo esto y a romper con patrones que no te permiten avanzar.
Finalmente, sólo te será posible llegar al “siguiente nivel” si realmente crees que lo puedes hacer. Puedes no saber exactamente cómo, pero hay quienes te pueden ayudar a llegar a ese lugar si realmente crees en ello. Recuerda que la venta más difícil es venderte tus ideas a ti mismo. Muchos renuncian a sus propios sueños al creer que es una cuestión de talento. Eso no es verdad. En tu interior sabes que naciste para alcanzar la grandeza. No dejes que tu vocecita o las vocecitas de los demás conquisten tu espíritu y definan tu destino.

¡El siguiente nivel es tuyo!

¡Sé increíble!

Blair Singer

Cómo fijar (y cumplir) tus metas financieras


Ya lo dijo Dwight D. Eisenhower, ex presidente de Estados Unidos: "Un plan no es nada, pero la planificación lo es todo". ¿Qué significa esto? Que la única forma para alcanzar cualquier objetivo es trabajar disciplinadamente hasta conseguirlo.



Si eres de los que hace tres años tiene los mismos proyectos inconclusos, esta guía te ayudará a fijar y cumplir tus objetivos financieros. A partir de este artículo no tendrás pretextos ni excusas como "es que tuve que pagar la tenencia del auto" o "justo ahora tengo que cambiar de celular". Sigue estos consejos y logra el control de tu presupuesto.
Por qué fijar metas
"En general, la razón por la que a una persona le va mal con su dinero es que no maneja sus finanzas, sino que permite que sus finanzas la manejen a ella", dice Ricardo Mayer, presidente del Instituto de Finanzas Personales (Ifip). 
Entre los mexicanos esa parece ser la regla. La "Primera Encuesta sobre Cultura Financiera en México", publicada en marzo pasado por Banamex y la Universidad Nacional de México (UNAM), sostiene que de más de 2,000 personas entrevistadas sólo el 18.5% lleva algún tipo de registro sobre sus deudas, gastos, ingresos y ahorros.
Por ello, lo primero que necesitas es un plan financiero, una brújula que te ayude a tomar el control de tus finanzas y a hacer que tu quincena te permita alcanzar tus objetivos, no sólo a pagar gastos y gustos diarios.


Es la hora de actuar

La base de todo plan financiero es un buen presupuesto personal o familiar. Sólo con un diagnóstico de la forma en la que realmente se gasta el dinero esposible ejercer un mayor control de los egresos y hacer rendir al máximo los ingresos. (Para saber cómo elaborar tu presupuesto, consulta el artículo"Toma el control de tus gastos").


Una vez identificado el ingreso excedente, es decir, el que no está comprometido con gastos fijos (como la renta) y variables (como el dinero que reservas para salir a comer o al cine), llegó el momento de establecer tus metas financieras. "Sin ellas, es como salir en la mañana a ver dónde me lleva el carro", comenta Mayer.



Tómate unas dos o tres horas de un fin de semana tranquilo para pensar en esto. Todos tenemos sueños, desde conocer Grecia hasta fundar nuestra propia empresa, pero lo importante es establecer prioridades para dar el primer paso y no quedarnos en ilusiones. Toma lápiz y papel y haz una lista de todo lo que te gustaría hacer.



Luego divide tus objetivos en dos columnas: una de necesidades y otra de deseos. Por ejemplo, liquidar la deuda de tu tarjeta de crédito para dejar de pagar intereses demasiado altos es una necesidad. Cambiar el modelo de tu automóvil, un deseo legítimo, pero no algo indispensable en la vida. Todas tus necesidades y deseos van a competir unos con otros, pero ten en cuenta cómo afectarán tu vida y tus planes personales y profesionales para tomar la mejor decisión.



Cuando tengas este panorama más claro podrás establecer tus metas financieras: esos objetivos a los que destinaremos todo el esfuerzo de nuestro trabajo durante un determinado de tiempo. "Un hábito por sí solo no tiene el mismos impacto que una meta concreta", explica Loreto García, directora del programa Educación Financiera Banamex (Educafin).



La clave, según los especialistas, es que esas metas tengan cinco características: que sean específicas, medibles, fáciles de acordar, realistas y alcanzables -SMART, por su sigla en inglés (specific, measurable, agreeable, realistic and timed)-.


  • Específicas. Una meta debe indicar exactamente lo que quieres lograr, cómo vas a hacerlo y cuándo. Una meta general es decir "quiero eliminar mis deudas". Una declaración específica, "voy a pagar la deuda de $150,000 que tengo con mi padre en dos años".

  • Medibles. Para saber qué se ha logrado, una meta debe poder medirse. Una cosa es que digas que para principios del próximo año ya vas a tener pagadas tus vacaciones. Y otra, que las vas a pagar en seis cuotas sin intereses, entre julio y diciembre de este año.

  • Fáciles de acordar. Si la familia o pareja se verán afectados por tus metas, necesitas analizarlas con ellos. Si quieres, por ejemplo, que tu pareja pague por sus vacaciones, debes asegurarte de que pueda afrontar el gasto del crucero. Luego, entre ambos, tengan la meta siempre en mente.

  • Realistas. Es importantísimo mostrarse decidido a ahorrar, pero sin ignorar tus limitaciones. Si quieres tener un fondo de emergencia de $30,000, lo mejor es que intentes juntar ese dinero en cuatro meses y no pensar que puedes reunirlo en forma inmediata destinando un sueldo entero a este propósito.

  • Alcanzables. Es fundamental que tus metas tengan una fecha de cumplimiento. "Si se trata de metas de largo plazo, es una buena idea dividirlas en submetas a cumplir cada mes y cada año para darles un mejor seguimiento y animarse con los resultados", agrega García, de Educafin. No es lo mismo que una persona diga "quiero ahorrar $300,000 para el enganche de un departamento", que "voy a ahorrar $300,000 en cinco años", y que establezca montos de ahorro mensual y crecientes por año, relacionados a un aumento futuro en sus ingresos.



Las metas no deben ser demasiadas, sólo tres y a lo mucho cinco. En esto hay que ser selectivos, ya que los especialistas aseguran que es casi imposible trabajar exitosamente en muchos objetivos al mismo tiempo.



Una vez establecidas tus metas, debes seleccionarlas entre aquellas que puedes alcanzar en el corto plazo (en seis meses como máximo), en el mediano plazo (hasta dos años) y en el largo plazo. "Es mejor comenzar con una meta sencilla, como ahorrar para la fiesta de cumpleaños de uno de los niños, ¡porque nada enseña mejor que el éxito!", aconseja Mayer.



El establecimiento y el cumplimiento de metas es un proceso permanente, que acompañará la construcción de tu patrimonio y estabilidad financiera durante toda tu vida. Una vez que hayas alcanzado algunas, y a medida que tu situación económica mejore, aparecerán otras.



El próximo paso, probablemente, es pensar en un Plan Personal de Retiro (PPR). Si a la hora de jubilarte, por ejemplo, quieres que el PPR te asegure un ingreso de entre $10,000 y $15,000 pesos a valor presente, deberás ahorrar entre $1,000,000 y $1,500,000 en 30 años. Eso significa un ahorro mínimo mensual de entre $2,700 y $4,200 al mes (dependiendo de los rendimientos de tu inversión), que debería ocupar una columna entre tus compromisos mensuales.



En definitiva, todo el que quiera puede hacer que sus metas se cumplan. Pero eso sólo es posible con un esfuerzo sostenido en el largo plazo. ¡Manos a la obra!



Una vez definidas, selecciona qué metas puedes alcanzar en el corto, mediano y largo plazo.